Por qué actuó y respondo así,ante los demás

  Hace unos días que tenia las ganas de  dar unas pinceladas en mi blog sobre el tema de nuestro actuar, resultado de unas edificantes lecturas de genética moderna, neurobiológia y epigenética. Tratare de citar lo mas relevante de estas lecturas, sumado a otros escritos, procurando que cada concepto sea amigable. Así tener todos unos destellos de luz para nuestras vidas, abriendo nuestras mentes y nuestras existencias a nuevas esperanzas que iluminen nuestros paradigmas existentes.

      Quiero partir desde un punto que es nuestra dinámica cerebral, donde examinaremos algunos factores que inciden en nuestra manera de responder a los estímulos externos o propios, buscando algunas respuestas, comenzando con la neuronas. Células del cerebro,que como cualquier célula de nuestro organismo poseen el par de cromosomas XX o XY según el sexo de la gestación  y contienen los correspondientes genes característicos. Siendo el cerebro un órgano sexuado, junto a las gónodas : en las mujeres los ovarios y en los hombres los testículos, así diferenciando el cuerpo entre femenino y masculino. Este cerebro que procesa lo visceral, lo emocional y lo cognitivo con un nivel de complejidad de la asociación de genes/medio ambiente  mucho mayor que otros órganos, ya que al estar regulado por las hormonas sexuales, difiere en organización estructural y funcional tanto el cerebro de la mujer como del cerebro del varón, de ahí que el cerebro en su funcionalidad es diferente entre un hombre y una mujer, como entre hombres o mujeres por los factores ambientales desde el proceso embrionario hasta la adolescencia.

      Junto a esta complejidad del desarrollo y maduración del órgano sexuado del cerebro, en los seres humanos nos encontramos con un segundo nivel de complejidad: el cerebro de cada ser humano es plástico. Esto es que a lo largo de nuestra vida desde nuestro proceso embrionario nuestra predisposición genética heredada puede sufrir transformaciones o mutaciones por factores externos.Especialmente en la adolescencia, la construcción del cerebro de cada una de las personas, se lleva a cabo con la propia vida: relaciones, vivencias, experiencias, recuerdos, decisiones..etc. Todo ello deja huella: modifica epigeneticamente el cerebro. Esto es causa cambios en la expresión de los genes de las neuronas y con ello refuerza, debilita, o crea, nuevos circuitos cerebrales que procesan los conocimientos, emociones.. etc. es decir el psiquismo de cada uno, intrínsecamente fundido en la vida biológica.

 

     Dado lo anterior escrito, nuestras vidas son permeables, no solo en el ámbito del psiquismo, sino fisiológico. De ahí que mas de alguna vez nos habremos preguntado por que actuamos o reacciones de tal forma a estímulos externos, dándonos cuenta o quizás no querer  aceptar que existen en nuestras vidas patrones psicosomáticos  que han dañado nuestros equilibrios emocionales y afectivos produciendo alteraciones que impiden que nuestras vidas sean mas conformes con una vida edificantemente feliz. O quizás encontrándonos con enfermedades que laceran nuestras propias vidas.

       Debemos buscar los medios necesarios de encontrar las herramientas para hacer de nuestras vidas ser mas edificantes. Viajar a nuestros primeros recuerdos buscando el perdón o perdonando todo lo que nos lacero o lastimo en su momento, reconciliándonos con nuestras propias vidas, restaurando en nosotros aquella paz para nuestras vidas actuales, que traigan bálsamos a nuestras heridas, así liberar nuestras mentes, descubriendo que existen nuevos mapas para ser realmente felices, cambiando nuestros propios paradigmas. Descubriendo nuevas esperanzas que derriben las murallas que nos encierran en nuestras propias fragilidades.

    Y si tienes un sentido de Dios en tu vida, puedas descubrir que con un apoyo psicológico y espiritual lograras romper las cadenas que te atan a esta tierra, aquellos  grilletes que forman en tu interior una esclavitud en tus propias fragilidades. Volviendo a vivir una vida de cara a Dios, que puede superar lo que humanamente te pueda haber superado.