Que aventura nos tocara experimentar en este periodo de conversión, en donde al mirarnos a nosotros mismos, en la intimidad de nuestra conciencia, poder reconocer nuestra naturaleza caída, nuestra ingratitud en cada episodio de nuestras vidas en que Cristo no a estado presente , por que quizás nuestro andar a sido un continuo vivir de espaldas a Dios. El poder encontrar la sintonía ante el buen Jesús, poder mostrarle un corazón contrito y humillado por todo lo malo que hemos hecho y todo lo bueno que hemos dejado de hacer.
" Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no esta en nosotros, 1 Juan 1:8 ". Que gran verdad, aunque dolorosa, nos sorprende el evangelista en su carta. En ello reconocemos que solo en Dios nuestra vida cobra sentido, solo en Dios podemos lograr cosas buenas y todo para mayor Gloria de Dios. Este es el principio fundamental para comenzar esta Cuaresma, ver nuestra pequeñez ante la grandeza de Dios.
Debemos buscar y reencontrar nuestras prioridades para nuestras vidas, sintiendo que la mejor primacía para nuestras existencias son : Dios, familia, trabajo y estudios. Es ahí en abandonarnos a Dios, el vaciar lo que tenemos, por lo que Dios quiere para nuestras propias vidas, el encontrar el " Fiat mihi secundum verbum tuum " , sí el hágase en mi según tu palabra, el encontrar un Cristianismo sin sentimentalismos piadosos y vacíos de Cristo, un Cristiano que tome todo el hombre como nos decía san Alberto Hurtado. Un Cristiano en gracia santificante.
Y cual seria el mejor camino, para esta nueva empresa de nuestras vidas de cara a Dios, está en una palabra que se escribe con mayúscula y es el Amor, por que Dios es Amor " Deus caritas est " , solo en una Caridad atenta y delicada podremos descubrir el rostro mismo de Cristo en nuestras vidas: para nuestros cercanos y lejanos. Una caridad para nuestro prójimo, por que Cristo vive en el prójimo, pero especialmente en el pobre, en el que sufre las injusticias sociales, sentir el dolor de nuestros hermanos que sufren los vendavales de la vida, es ahí que podremos descubrir la " mística del prójimo " es decir ser " Cristo " para otros " Cristos " .
No podemos llamarnos Cristianos sino vivimos la Caridad hacia todos nuestros hermanos, especialmente por nuestros hermanos que sufren tanto los dolores físicos, como los dolores espirituales, Debemos estar atentos a las inspiraciones del Espíritu Santo, que en cada momento nos quiere mostrar el rostro de Cristo, fundamentalmente en este periodo que nos da Dios, que es la Cuaresma, preguntándonos ¿Que haría Cristo en mi lugar ? .
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